lunes, 25 de abril de 2011

Carta a los Cristianos de Mayo

Muy queridas familias de la Prelatura:

Estamos en un mes maravilloso del AÑO 2011, dedicado a LA VIDA y a LA FAMILIA. Ya el día 25 de marzo pasado en el día del ‘NIÑO POR NACER’, mamá, papá, los niños, los jóvenes, la familia, las mamás embarazadas, las escuelas, los hospitales y los medios de comunicación promovieron el objetivo del año: “Apostar y defender LA VIDA y LA FAMILIA”. Son signos que generan esperanza y vida y “mientras haya VIDA, habrá ESPERANZA”, así como “mientras haya ESPERANZA habrá VIDA”. ¡VIDA Y ESPERANZA’ son dos realidades humanas inseparables que tiene la fuerza en su origen divino.
Muchos acontecimientos del mes de mayo estimularán, animarán, vivificarán y harán que nos sintamos, tanto en nuestro País como en la Iglesia de Cristo, llenos de alegría. Esa alegría que nos comunica la Pascua de Jesús recientemente celebrada, compartida y experimentada.
Puntualmente, el día 1º se nos presenta con el DÍA DEL TRABAJO, cuyo Patrono es San José Obrero, el padre adoptivo de Jesús y el esposo de María: la Sagrada FAMILIA de Nazaret. Promocionar la ‘cultura del trabajo’ en nuestra Nación será un medio eficaz para cambiar nuestra faz ante el mundo y en nuestra Patria. Porque el trabajo dignifica a la persona y a la familia humanas; apostemos y lo propongamos como medio de recuperación de nuestra identidad argentina.
El mismo día 1º, compartiremos una fiesta extraordinaria para la Iglesia Católica: “EL PAPA JUAN PABLO II SERÁ DECLARADO ‘BEATO’” por SS. Benedicto XVI, en el día de la Divina Misericordia, fiesta instituida por Juan Pablo II hace unos años en el 2º domingo de Pascua.
JUAN PABLO II, defensor de LA VIDA habiendo sufrido un atentado mortal en su misión papal, y el gran protector de LA FAMILIA que manifestó en la Exhortación Apostólica ‘FAMILIARIS CONSORTIO’/1981 definiendo a la familia con cinco palabras: FAMILIA, SÉ LO QUE ERES”. Como estreno de su Beatificación encomendemos a su protección, con fe y confianza, los dos pilares de AÑO 2011: AÑO DE LA VIDA y AÑO DE LA FAMILIA.
Completemos el saludo de esta Carta a los Cristianos de mayo/2011 con el sentir de nuestros Obispos en la conmemoración del Bicentenario de la Revolución de mayo (1810) y de la Independencia de julio (1816). Para ello sigamos las orientaciones de nuestros Obispos en el Documento “Hacia un Bicentenario en Justicia y Solidaridad” – 2008. En él nos invitan a ser colaboradores de una Nación y una Patria que “sepa priorizar y defender en nuestra Patria el derecho a LA VIDA de cada persona y en todas sus manifestaciones, poniendo especial atención en ‘los niños por nacer’, así como a LA FAMILIA, donde ‘nuestros hermanos crecen en la pobreza y marginalidad’.
¡Abramos nuestro corazón a LA VIDA y a LA FAMILIA, desaprobando el aborto!
¡Mi bendición de Pastor y Obispo.





Click aquí para
ver imprimir toda la carta

sábado, 23 de abril de 2011

Felices Pascuas: ¡Cristo vive!


Vivimos en un mundo en el que quiere reinar la cultura de la muerte. En el que las soluciones pasan simplemente por matar. Se mata al niño no deseado, se mata al anciano o al enfermo terminal; uno mismo piensa en matarse cuando hay una situación que considera insuperable o desesperante. Se anula al que piensa distinto, se lo persigue, se lo difama; es una forma de matar. La educación sexual que pretende solamente enseñar cómo funciona el cuerpo, reduciendo todo a métodos de placer, mata la inocencia: Todo es una cosa de la que hay que aprovecharse, sin compromiso, sin unión, sin amistad: carne para gozar. Eso es cultura de la muerte. También lo es el ataque a la familia, mediante la imposición de modelos que la contradicen. El maltrato a los pobres, la indiferencia ante las situaciones injustas, el menosprecio a los discapacitados, son todas formas de matar. La cultura de la muerte se especializa en hacer desaparecer todo aquello que le molesta o no entiende, aquello con lo que no quiere dialogar. Se presenta como triunfadora, por eso nos atrae y nos tienta. Porque para deshacerse de una complicación basta con matar a quien la causa: “muerto el perro, muerta la rabia”.

En esta Pascua se nos presenta Jesús, al que la cultura de la muerte creyó haber vencido en una cruz, absolutamente vivo y victorioso con un mensaje simple: “alégrense”

La resurrección de Jesús muestra que la cultura de la muerte no es la triunfadora. Que la solución frente a lo que nos resulta difícil comprender o admitir pasa por la vida. Vida es dialogar, vida es perdonar, es reconciliarse; vida es aceptar situaciones y personas, es abrir el corazón en el servicio; es el reconocimiento de la dignidad del otro, es darnos una mano y ayudarnos todos para vencer nuestras pobrezas; no sólo las económicas, sino también muchas otras. Vida es tener esperanza en nuestra gente, en nosotros mismos y en Dios que nos ama y jamás nos abandona. Vida es vivir encauzándonos poco a poco según los mandamientos del Señor, es acercarnos a Él, es aprender a amarlo y a conocerlo ¡Eso es vida! Por eso Cristo les dice a las mujeres que fueron al sepulcro “alégrense” Eso mismo nos dice a nosotros. A eso estamos invitados los que creemos en Cristo Resucitado

Animémonos a ser portadores de esta cultura, la cultura de la vida, la cultura de Jesús que está vivo.Roguémosle a María que nos dejemos transformar por la Vida que nos trajo Jesús.

¡Felices Pascuas para todos!

miércoles, 20 de abril de 2011

Jueves Santo

Hoy, Jueves Santo, la Iglesia recuerda la institución del Sacramento de la Eucaristía en la Última Cena del Señor. En aquella oportunidad dió potestad a sus Apóstoles de hacerlo presente en el pan y el vino; con ello insituyó también el Orden Sagrado. Por este motivo en la Misa Crismal de hoy, los sacerdotes renuevan sus promesas sacerdotales al rededor de sus respectivos Obispos. Es el día del sacerdocio por excelencia, por eso es ocasión propicia para rezar por los sacerdotes y los Obispos, tal como lo señala la liturgia de hoy: "Y ustedes, amadísimos hijos, recen por sus presbíteros... Recen también por mí (pide el Obispo) para que sea fiel a la misión apostólica, que sin merecerlo me fue encomendada"

Siempre es necesaria la oración de los laicos cristianos por sus sacerdotes. Esta oración constante e insistente retroalimenta la oración de los sacerdotes por los feligreses. Es también fuente misteriosa de fortaleza para que los ministros del altar perseveren en su vocación y la vivan con santidad. Finalmente es semilla para que el llamado de Dios a los hombres a seguirlo sea respondico con generosidad y alegría

Agradecemos a quienes oran por nosotros, los sacerdotes, e invitamos a todos a sumarse, necesitamos de esto. Si se reza por los ministros sagrados el Señor los sostendrá en sus luchas y servirán mejor a su Pueblo.


lunes, 11 de abril de 2011

La importancia de la Piedad Popular

Es verdad que la fe que se encarnó en la cultura puede ser profundizada y penetrar cada vez mejor la forma de vivir de nuestros pueblos. Pero eso sólo puede suceder si valoramos positivamente lo que el Espíritu santo ya ha sembrado. La piedad popular es un "imprescindible punto de partida para conseguir que la fe del pueblo madure y se haga más fecunda... (Aparecida 262)