viernes, 3 de junio de 2011

CARTA A LOS CRISTIANOS MES DE JUNIO 2011

La imagen del Sagrado Corazón de Jesús nos recuerda el núcleo central de nuestra fe: todo lo que Dios nos ama con su Corazón y todo lo que nosotros, por tanto, le debemos amar. Jesús tiene un Corazón que ama sin medida. La Iglesia dedica todo el mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús, con la finalidad de que los católicos lo veneremos, lo honremos y lo imitemos especialmente en estos 30 días. Esto significa que debemos vivir este mes demostrándole a Jesús con nuestras obras que lo amamos, que correspondemos al gran amor que Él nos tiene y que nos ha demostrado entregándose a la muerte por nosotros, quedándose en la Eucaristía y enseñándonos el camino de la vida eterna. Todos los días podemos acercarnos a Jesús o alejarnos de Él. De nosotros depende, ya que Él siempre nos está esperando y amando. Debemos vivir recordándolo y pensar cada vez que actuamos: ¿Qué haría Jesús en esta situación, qué le dictaría su Corazón? Y eso es lo que debemos hacer (ante un problema en la familia, en el trabajo, con nuestros hijos, en nuestra comunidad, con nuestras amistades, etc.)
Debemos, por tanto, pensar si las obras o acciones que vamos a hacer nos alejan o acercan a Dios, Fuente de vida y santidad. Queridos hermanos y hermanas, contemplemos al Sagrado Corazón de Jesús que es fuente de vida, pues por medio de él se ha logrado la victoria sobre la muerte. También es fuente de santidad, pues en él ha quedado derrotado el pecado, que es el enemigo del progreso espiritual del hombre. Del Corazón del Señor Jesús deriva la santidad de cada uno de nosotros. Aprendamos de ese Corazón el amor a Dios y la comprensión del misterio del pecado.
Hagamos actos de reparación al Corazón divino por los pecados cometidos por nosotros y por nuestro prójimo. Reparemos por el rechazo de la bondad y del amor de Dios.
Acerquémonos diariamente a esta fuente, de la que brotan manantiales de agua viva. Pidamos, como la samaritana: “Dame de esa agua”, pues da la vida eterna. Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad. Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad. Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, ten piedad de nosotros (S.S. Juan Pablo II)






Rvdo. P. Juan Antonio Gil Solórzano