domingo, 27 de noviembre de 2011

Mensaje de Adviento

MENSAJE DE ADVIENTO – 2011


AÑO DE LA VIDA Y DE LA FAMILIA

PRELATURA DE CAFAYATE

“La esperanza y espera como María”



Muy queridos TODOS: fieles de la Iglesia particular de la Prelatura de Cafayate:



Al acercarnos al final del Año Litúrgico del ciclo A/2010-2011, nuevas expectativas aparecen en nuestro sentir, pensar, programar y proyectar en nuestra vida.

Ha concluido el AÑO 2011, dedicado por el Santo Padre, Benedicto XVI, a la VIDA y completado, como condición de origen, con el de la FAMILIA, que la Conferencia Episcopal Argentina promovió, defendió y apostó por ella, por ser la institución, creada directamente por Dios, e insustituible para el desarrollo, crecimiento y evolución de la persona a través de LA VIDA y de LA FAMILIA.

Oraciones, lemas, sugerencias, reflexiones, aportes y cantos, sobre todo en las fiestas patronales, hemos compartido este año 2010 y 2011, desarrollado y comprometido en el doble fundamento de nuestra existencia: VIDA – FAMILIA. La vida y la familia siguen interrogándonos y apremiándonos para comenzar un nuevo Año Litúrgico con el TIEMPO DE ADVIENTO. Ha sido un año completo: 27 de noviembre del 2010 y 26 de noviembre del 2011. ¿Y ahora? Un nuevo año que se inicia con el tiempo litúrgico de Adviento, cuyo lema puede ser: “La esperanza y espera como María”.

Ante esta perspectiva dice el Papa Benedicto XVI: “el hombre está vivo mientras espera, mientras que en su corazón está viva la esperanza”. Nuestra espera, bien sea la primera, la venida del Hijo de Dios, cuando nació de María –que recordamos en la Navidad- bien sea la segunda, en el regreso glorioso cuando Jesús venga ‘a juzgar a los vivos y a los muertos’, está marcada por el sentido de nuestro vivir. “La espera, el esperar es una dimensión que cruza toda nuestra existencia personal, familiar y social”. Está presente en mil situaciones, desde las más pequeñas hasta las más importantes. Será la espera de un hijo por nacer en la familia; será la espera para el joven ante una entrevista para un trabajo; será, finalmente, la espera de unas relaciones afectivas de encuentro de la persona amada, que en frase de San Agustín: “desea y quiere AMAR y ser AMADA”.

Aprendamos de María, la mujer del Adviento –nos dice el Papa-: “a vivir los gestos cotidianos con un espíritu nuevo, con el sentimiento de una ‘espera profunda que sólo la venida de Dios puede colmar”. ¡Y abramos la “PUERTA DE LA FE” (= “PORTA FIDEI”) para que el 11 de octubre del año 2012 iniciemos y completemos hasta el dia 24 de noviembre del 2013, ‘EL AÑO DE LA FE’, con la Solemnidad de Cristo Rey del Universo, que ya ha señalado Benedicto XVI.



Hermanas y hermanos con el cariño del amor y la esperanza les imparto la bendición de Pastor y Obispo

+ Mons. Mariano Moreno, osa.

Obispo Prelado de la Prelatura de Cafayate

sábado, 19 de noviembre de 2011

Carta a los Cristianos de Noviembre

Queridas familias:


¡Paz y Bien en el Señor Jesús!



¿Cómo no decir al abrir los ojos cada mañana “¡Que maravilloso es estar con vida!” “¡Gracias Señor por este regalo!”? Sí, querida familia, la vida está hecha de millones de momentos, vividos de mil maneras distintas o diferentes. Algunos buscan amor, paz, armonía, comprensión, ternura; otros simplemente se “conforman” con sobrevivir hasta que descubren, que no hay momentos más plenos que aquel en el cual descubrimos con gozo, que la vida con sus constantes alegrías y sus penas, debe ser vivida a plenitud, gozando cada momento que se nos ofrece y es una invitación a soñar y luchar hasta el último día.

Por eso este mes inicia con la fiesta de “Todos los Santos”, los que están en los altares y los miles de millones que, felices, han hecho de su vida una entrega silenciosa y abnegada al proyecto de Jesús y a sus hermanos.

No olviden que la santidad es un llamado a todos, con las mismas posibilidades. Un apostar por Jesús y su Reino, en las pequeñas cosas de cada día y amar a nuestros hermanos, especialmente en este mes a los más necesitados: los enfermos, cuidándolos con mucho amor y entrega.

También se nos invita en el día dos a rezar por nuestros queridos difuntos, para que puedan gozar en plenitud del amor misericordioso de Dios, porque la muerte es un paso necesario del cual no podemos escapar. Según como haya sido nuestra relación con el Señor en esta vida, así será nuestra partida. Dios quiera que sea con mucha paz y conscientes de haber cumplido con la misión encomendada.

Por eso queridos hermanos, cómo no dar gracias al Buen Dios por el don de la Vida, por permitirnos llegar a este mes que nos propone, desde su primer día, detenernos en revisar nuestra vida y no temer perder el mundo por ganarlo a Él.

Unidos en la oración con Jesús y María.



Hna. Any Reyes

Agustina Misionera en Cafayate

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